La merienda es cosa de niños ¿o no?
Los adolescentes y la merienda
Quizás cuando pensamos en una merienda tradicional, nos imaginamos a un niño o niña, todavía pequeños, comiendo un bocadillo de paté ( en el mejor de los casos) a la puerta del colegio. Quizás este sea el motivo de por qué a los y las adolescentes no se les prepara ni se les recuerda que se lleven algo para merendar.
¿ Pensamos que no lo necesitan? ¿ O tal vez pensamos que no nos harán caso y que ya se espabilarán?

Foto de Yanapi Senaud
Desde su experiencia, Sara nos comenta “Como madre de adolescente tengo que reconocer que, en más de una ocasión, este ha sido mi pensamiento.”
Cristina por su parte, nos cuenta “Recuerdo en mi época universitaria cuando cuidaba a 2 peques que me encantaba merendar con ellos y tuve que llegar a oír que yo ya era “mayorcita” para eso.”
En esta etapa del ciclo vital, los jóvenes tienen un crecimiento exponencialmente mayor a otras etapas. Por tanto, las necesidades de nutrientes son mayores y debemos tener en cuenta, además de las comidas principales, las colaciones entres horas. Seguramente, tendrán hambre entre comidas y, si no tienen nada adecuado a mano, tirarán de cualquier alimento que les aporten energía de forma rápida y se les haya encaprichado.
Además, a esas elecciones alimentarias les afectan muchos otros factores ambientales y emocionales. La adolescencia es el paso de la niñez a la madurez con todos los cambios que conlleva a nivel físico, psicológico y emocional. Cabe esperar que estas elecciones de alimentos, se vea condicionada por aspectos emocionales, además de por la influencia de los círculos de amistades y de otras figuras externas que, por ejemplo, consumen productos que los adolescentes también querrán consumir. Como es el caso de famosos en las redes sociales, publicitando productos ultra procesados o bebidas energéticas.

Foto de Start Digital
Deberemos tener en cuenta también, que el ambiente en el que se desenvuelven, es propicio a generar elecciones de alimentos insanos o poco recomendables. Lo que comen fuera de casa se escapa de nuestro control.
¿Cómo podemos mejorar esas elecciones alimentarias?
Primero de todo y, una vez más, en el camino de la educación de nuestrxs hijxs, debemos predicar con el ejemplo. Tener alimentos saludables a mano y proponer opciones que se puedan llevar fácilmente, puede ser el gesto más importante y, quizás, él único que funcione.
Cuando digo tener a mano, me refiero en sentido literal, que implique el mínimo esfuerzo para cogerlo y consumirlo:
- Frutos secos en tarro de cristal a la vista
- Fruta a la vista. La que se consume fácilmente, accesible y visible en lugares de paso. La que necesita de una cuchillo, prepararla previamente y guardarla en la nevera en tupper de cristal también , a la vista.
- Pan (mejor integral) siempre disponible para preparar un bocadillo rápido.
- Opciones para el bocadillo, variadas, apetecibles y mínimamente procesadas siempre que sea posible: queso, crema de frutos secos, hummus, cremas vegetales de todo tipo, tomate cortado a rodajas, atún en lata, huevo duro, etc.
- Agua en la nevera, fresca y en recipientes individuales para llevar, si fuese necesario. Se puede aromatizar con limón o naranja, quizás les apetezca más.
Evitaremos tener en la nevera y en la despensa:
– bebidas azucaradas y/o energéticas
– bebidas alcohólicas
– alimentos ultra procesados como : bollería industrial, aperitivos salados, patatas fritas de bolsa, galletas, cereales procesados con gran cantidad de azúcares libres, etc.
– zumos industriales
Y proponer como sustitutivos opciones saludables.

Foto de Sandra Molina
De todos los alimentos que hemos mencionado, podemos proponer a nuestros hijos adolescentes que se lleven tal o cual cosa, por si a media mañana o media tarde tienen hambre.
A menudo no nos harán ni caso, o nos parecerá que estamos hablando con la pared. Pero sí escuchan y se quedan con lo que tú estás haciendo y comiendo.
Sara describe lo que ocurre en su casa “Mi hija, que hace unos meses que ya no vive conmigo, de vez en cuando me pide alguna receta de preparaciones que hacíamos en casa, come fruta aunque los que viven con ella no lo hagan y se prepara meriendas saludables de fruta, cereales integrales, yogurt, etc.”
Si están acostumbrados a consumir en casa, de manera habitual, alimentos sanos que les hemos preparado y ofrecido regularmente, seguro que las propuestas que les estaremos haciendo, no les parezcan tan descabelladas.
Además, tenemos que ser conscientes de que, fuera de casa, van a tener muchas oportunidades de comer comida insana y lo van a acabar haciendo. Por ello, en casa no les vamos a dar la oportunidad y, a cambio, les ofreceremos otros alimentos más saludables y apetecibles.
Y por último, hay que estar atento a cambios en la conducta relacionada con la alimentación, la actividad física y la vida social del adolescente. Son señales de alarma que, si bien no son criterios diagnósticos de enfermedad, las madres y los padres no deben tomarlo a la ligera y pedir ayuda a un profesional. Atentos a estas conductas:
– Inician dietas injustificadas y sin pedir consejo.
– Rechazan alimentos.
– Trocean la comida en exceso.
– Discuten o regatean las raciones de las comidas.
– Beben agua en exceso antes o durante de las comidas.
– Tienen un interés obsesivo por las calorías de las comidas o su preparación.
– Mienten sobre la comida.
– Intentan comer fuera de casa, a solas o sin la presencia de la familia.
– Realizan ejercicio físico intenso excesivo a solas o a escondidas.
– Visitan páginas de famosos, modelos o influencers muy delgados.
– Se aíslan socialmente.
Ante cualquier duda relativa al comportamiento del adolescente, escuchad a vuestro instinto, nadie conoce mejor a vuestro hijo/a que vosotros y si fuera necesario porque no comprendéis la situación o no sabéis cómo actuar, acudid a un profesional de la psicología.
Para terminar, resumen en tres puntos:
- La adolescencia es una etapa de crecimiento exponencial muy parecido al que se da el primer año de vida. Las necesidades de nutrientes y energía aumentan y con ellas, el apetito.
- La adolescencia implica muchos cambios físicos, psicológicos, emocionales y de rol social. El entorno externo a la familia cobra mucha importancia en su vida.
- Tener en casa, a mano ya listos para consumir alimentos saludables, evitando comprar aquellos menos recomendables. Y dar ejemplo. Aunque no lo parezca a veces, los adolescentes, al igual que cuando eran niños, nos observan detenidamente.
Esperamos que estas recomendaciones sirvan de ayuda.
¡¡ Muchas gracias por leer !!
Autoras de esta entrada:
Sara Cruz, Dietista- Nutricionista especializada en Nutrición Infantil y Enfermera, ejerce en el Principado de Andorra.
Enlace a su blog: cuinalatevasalut.com/blog donde encontraréis recetas sencillas con vídeos paso a paso.
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Cristina Crespo, Dietista- Nutricionista especializada en Nutrición Infantil. Creadora de este blog.
Buen post
Muchas gracias!